Alejandro Ylla

La ONU da un paso decisivo hacia una gobernanza global de la inteligencia artificial

En la última Asamblea General de Naciones Unidas, se lanzó una iniciativa histórica: por primera vez, los 193 Estados miembros participaron en un debate global sobre cómo gobernar la IA.

El resultado: la creación de dos nuevos organismos que buscan cerrar la brecha entre el rápido avance tecnológico y la ausencia de normas internacionales compartidas:

Global Dialogue on AI Governance, un foro abierto entre gobiernos, empresas, científicos y sociedad civil.

Independent International Scientific Panel on AI, una especie de “IPCC de la IA”, que ofrecerá evidencia científica y un sistema de alerta temprana sobre los riesgos y oportunidades de esta tecnología.

Según la ONU, 118 países aún no participan en ninguna iniciativa internacional de gobernanza de IA. Y, según el World Economic Forum, menos del 1% de las organizaciones han integrado plenamente prácticas de IA responsable.

Esto no solo plantea un reto regulatorio, sino también estratégico: sin confianza, interoperabilidad y reglas claras, la inversión y la adopción responsable de la IA pueden verse frenadas.

El Foro Económico Mundial lo resume bien:
“La IA responsable no es un límite a la innovación, sino su habilitador más importante.”

Sin embargo, persiste una tensión evidente: mientras en EE. UU. se innova, en Europa se regula. Este equilibrio —necesario pero complejo— puede proteger derechos y valores, aunque también corre el riesgo de ralentizar la capacidad de competir y de escalar la innovación. Quizás el gran desafío europeo sea aprender a regular sin frenar.

En un momento en que la IA ya transforma sectores como la salud, la industria o el clima, garantizar su desarrollo seguro, ético y accesible para todos no es opcional: es una cuestión de liderazgo global.